Wednesday, October 25, 2006

Almost three decades old


Hace 29 años nacería uno de los íconos de la blogosfera. La tarde del 26 de octubre de 1977 cambió la historia para algunos de nosotros, en especial a mí. Fue en Santiago, donde por primera vez fue a la escuela, Cielito. Aprendió a lustrarse los zapatos, a hacer palotes en el cuaderno, incluso aprendió las primeras letras. También aprendió a ser amigo, aunque nunca fue muy popular. Lo caracterizaba el ser muy ensimismado y estar continuamente en las nubes o conversando con su compañero inseparable, Didier.

Luego las circunsancias de la vida lo trajieron al Norte Grande, donde creció, se educó, aprendió a dibujar y a bailar (aunque no tan bien). Sería inumerable mencionar todo lo que aprendió nuestro amigo, y no dista mucho de lo que aprende cualquier cristiano. Sin embargo, lo que no podemos dejar de mencionar es que en esta tierra (Iquique), aprendió a soñar. Eso resume la vida de Juanito: soñar.

Por su puesto que ha sido una vida llena de logros, pero no cabe mencionarlos en esta ocasión. Juanito es tal por su capacidad de imaginar. Por ser alguien más, con virtudes y defectos.




Un cariñoso saludo a los que siempre estan conmigo, en especial a Danae, mi hija.
Juan.

Sunday, October 08, 2006

timeouts...



Reflexionémos un ratito.

Ya pasó la mitad del año 2006. Ha sido un buen año; de hecho, me ha ido mejor de lo que esperaba. A mí y a muchos de mis amigos... Sí, está bien, no todo ha estado tan bien. (como el precio de la bencina, por ejmeplo)

Voy a apelar a la memoria: ¿Recuerdan esa determinación que tomaron con el brindis del año nuevo? Siempre nos proponemos cosas y nos deseamos un "prospero año nuevo" y con él nos planteamos nuevas metas ¿Fue acaso mejorar, concluir ese interminable proyecto o cambiar las cosas para bien, de una vez por todas?

Miremos hacia atras y veamos si hemos cumplido con lo propuesto: y es muy conveniente hacerlo así y replantearnos todo con miras realistas. Muchas veces se comete el error de echarlo todo por tierra al decir que no vale la pena hacer las cosas a media. Yo no lo creo así: llegar a la mitad del camino supone esfuerzos y sortear toda clase de obstáculos... ¿Cómo enfrentamos lo desconocido? Al llegar a la mitad del camino hemos conocido el terreno; hemos sentido la calidez de la tierra, dentro y fuera de los zapatos; hemos sentido el viento salino salir a nuestro encuentro. Tdenemos una oportunidad de oro: empezamos a caminar desde la mitad, y tenemos expectativas y hemos aprendido a sortear obstaculos. Nos hemos fortalecido.

Veamos que tan bien va todo y replantiémonos las cosas. Así, quien sabe, tal vez celebremos a fin de año por haber cumplido todas nuestras metas.